martes, 29 de noviembre de 2016

En la actualidad necesitamos una nueva experiencia de la interioridad, necesitamos comenzar desde el recogimiento y el silencio e ir avanzando hasta llegar a una profunda vida de interioridad.



La interioridad nos está hablando de potenciar el hombre interior, que es la sede de la verdad, frente al hombre exterior, que vive de los sentidos, que se rige por el «me gusta» o el «me apetece». 
San Agustín

domingo, 27 de noviembre de 2016

BENDICIÓN DE LA CORONA DE ADVIENTO


Señor Dios, bendice con tu poder
nuestra corona de adviento para que, al encenderla, despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo practicando las buenas obras, y para que así, cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

Todos: Amén.
La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre esta Corona y sobre todos los que con ella queremos preparar la venida de Jesús.

Familias saludables: tome la decisión de actuar, trabajar, asuma su responsabilidad y el rol que le corresponde


Recuerde, su familia es lo más importante y significativo que existe, perdura en el tiempo si así lo cultiva dale la mayor importancia y tendrás la mayor satisfacción de la vida.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Acuérdate


Acuérdate,
¡oh piadosísima, Virgen María!,
que jamás se ha oído decir
que ninguno de los que
han acudido a tu protección,
implorando tu auxilio
haya sido abandonado de Ti.
Animado con esta confianza,
a Ti también yo acudo,
y me atrevo a implorarte
a pesar del peso de mis pecados.
¡Oh Madre del Verbo!,
no desatiendas mis súplicas,
antes bien acógelas benignamente. Amén

Mas tú eres el Santo, que moras en las alabanzas de Israel! (Salmo 22,4).



La oración de alabanza es una oración excelsa. Es, por sí misma, la oración más sanadora que existe. Diríamos que es la más simplemente sanadora.
La oración de alabanza es una oración de olvido. Y el olvido cura. Porque una persona llegada, atenaceada por sus preocupaciones e ideas fijas, angustiada, tiene el primer descanso, la primera sensación de que no está irremediablemente mal, perdida, al poder realizar la eficaz experiencia de olvidarse de sí por un momento. Y la alabanza nos lleva al olvido.

Jesucristo nos exhorta: No os afaneis



No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.

No importa cuál sea nuestra ansiedad Dios sabe manejarla


¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Mt 6, 28-29.