jueves, 27 de diciembre de 2018
Invócame y yo te responderé, y te anunciaré cosas grandes e impenetrables, que tú no conocías
Jesús dijo que hay que orar sin cesar, el Dios Todopoderoso te dice llámame, el Señor que hizo el cielo y la tierra Grande poderoso nos pide que hagamos contacto con el cielo, Dios nos ha ordenado que oremos cuando no lo hacemos pecamos para eso sigue los siguientes pasos
Haz que la oración se haga un hábito
Escoge un lugar y tiempo para orar
Haga de ese tiempo lo más óptimo cuando su mente está alerta
Cuando ore equípese tenga su biblia
Comienze su oración con la palabra de Dios
Ore durante todo el día (por la iglesia, por todo el mundo)
Mantenga un registro de sus oraciones contestadas (aprecie las cosas hermosas)
Póngase la armadura de Dios (tendrá interferencias)
Ore en voz alta (permanezca enfocado)
Todo lo que pidan en la oración con fe, lo alcanzarán". Mateo 21, 22, es promesa de Dios
miércoles, 26 de diciembre de 2018
Te rogamos que tu nacimiento nos llene de esperanza y alegría. Te glorificamos y te alabamos, Padre Dios, por todo lo que hemos visto y oído sobre el nacimiento del Niño Jesús
El mensaje que se les da a aquellos pastores, representantes de todos los despreciados del mundo, está lleno de alegría y esperanza. En primer lugar se les pide que no tengan miedo. Y enseguida los ángeles les anuncian "una buena noticia, que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo: Hoy ha nacido para ustedes un Salvador..." El nacimiento de Jesús tiene que ser motivo de una gran alegría para todo el pueblo. Ha nacido para ustedes, dice el ángel. Para ustedes, los despreciados y marginados de la sociedad... Gran noticia, porque comunica una gran esperanza...
Las señales que dan a los pastores para reconocer a su Salvador son las de la pobreza. Reconocerán a su Salvador justamente en que es pequeño, indefenso y muy pobre: Niño pequeño, envuelto en pañales y recostado en una pesebrera. Jesús no vino al mundo con señales de poder, ni de grandeza humana. Su nacimiento es pobre, entre pobres, y especialmente para los pobres.
jueves, 20 de diciembre de 2018
En la Navidad, cuando Dios salva definitivamente la trascendencia y se deja ver en plenitud. Ahora es cuando «ha hecho brillar la luz en nuestros corazones para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que se manifiesta en el rostro de Cristo» (2 Cor 4, 6)
La Navidad supone un verdadero cambio teológico. Antes nadie podía ver a Dios; ahora, «el Hijo único, que está en el seno del Padre, nos lo enseña todo» (Jn 1, 18), porque él es «la imagen de Dios invisible» (Col 1,15), porque él es el vídeo del Padre. «El que me ha visto a mí ha visto al Padre» (Jn 14, 9). Antes, ver a Dios quitaba la vida; ahora, ver a Dios llena la vida. La vida del hombre es ver a Dios, conocer a Dios, participar de Dios. «Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo» (Jn 17, 3).
«Gloria a Dios y paz a los hombres», significa una sola cosa, porque la gloria de Dios es que el hombre tenga paz. Y la Paz -shalom- es todo ese conjunto de valores que llamamos vida en plenitud. Gloria y paz, amor y vida, Navidad.
Poco a poco, iremos contemplando toda esta imagen viva de Dios, que es Cristo. El niño de Belén ya nos empieza a enseñar muchas cosas. Una, desde luego, tenemos que aprenderla bien, que se nos grabe bien, hasta entrañarla. Es que Dios es ternura y misericordia, que Dios es bondad y gracia, que Dios es paz y alegría, que sabe sonreír y que siente como nosotros, que hasta se deja ayudar. «Ha aparecido la bondad de Dios y su amor al hombre» (Tit 3, 4). «Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres» (Tit 2, 11).
miércoles, 12 de diciembre de 2018
Virgen de Guadalupe “Celestial Patrona de América Latina" en 1910 y Pío XII la llamó Emperatriz de las Américas en 1945 y dijo que “en la tilma del pobrecito Juan Diego… pinceles que no eran de aquí abajo dejaron pintada una imagen dulcísima”
Gabriel, ángel de primera categoría en la tradición bíblica, que en el libro de Daniel venía para anunciar la hora de la salvación (Dn 8,16; 9,4).
“Alégrate”, es el llamado gozoso que los profetas dirigían a la “Hija de Sión”, o sea, a la comunidad de los humildes que se mantenían a la espera de la venida del salvador (So 3,14; Zac 9,9). Continúa dos anuncios proféticos de la llegada del Señor a la ciudad Santa. Gabriel se dirige a María como a la personificación del pueblo de Dios.
Llena de gracia: Este título, objeto por excelencia del amor divino, evoca otra figura tradicional del pueblo santo: la amada del cantar, que significa la favorecida. Estas palabras revelan a María su papel en la historia de salvación: a ella corresponde contestar a Dios en nombre de todo el pueblo, el “Hágase en mi...”. María, aunque conmovida, es consciente de la presencia de Dios que inspiraba sus decisiones.
Concebirás en tu seno: El evangelio se inspira en varios textos del AT ; en unos se anuncia el porvenir de un niño que acaba de nacer y en otros Dios da una misión (Gen 16,1; Ex 3,11; Jue 6,11); en Is. 7,14 anuncia al que sería el Emmanuel, es decir, el Dios-con-nosotros. María lo llamará Jesús, que quiere decir Salvador.
En consecuencia, María recoge las expectativas y esperanzas de salvación del “pequeño resto” de Israel, y hoy sigue siendo el prototipo de madre y mediadora de los empobrecidos. Hoy en América Latina la veneramos bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe que, “despierta en nuestro pueblo una gran confianza filial, ya que se presenta solícita para dar auxilio y defensa en las tribulaciones; es, además, un impulso hacia la práctica de la caridad cristiana, al mostrar la predilección de María por los humildes y necesitados, y su disposición para remediar sus angustias”.
jueves, 6 de diciembre de 2018
Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga ... Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir....
El discípulo está unido a Jesús y su misión de realizar el reino pidiendo que Dios lo haga posible al decir: “venga tu reino” (Mt 6,10).
Jesús nos enseña que el momento de la oración es para pedir lo fundamental: el pan cotidiano; pedir perdón y comprometernos a perdonar (Mt 6,11-12). Cuando se ora pedimos no caer en la tentación y también que Dios nos libre del mal (Mt 6,13). Dicho brevemente, orar es pedir al Padre que su proyecto, su gran sueño se haga realidad en nuestra vida, la historia y la creación. Por esta razón, orar es vivir esa filiación con Dios que nos da y nos invita hacer posible su reino.