miércoles, 29 de enero de 2020
Estábamos espiritualmente muertos y en rebelión contra el Señor (por nuestros pecados Ef 2.1, ). No obstante, al confiar en Cristo como nuestro Salvador, recibimos una nueva naturaleza y el regalo del Espíritu Santo. Esto significa que los creyentes tienen el poder de rechazar el pecado y vivir en santidad (2 P 1.3).
Con nuestra nueva identidad como hijos de Dios, ya no compartimos la misma naturaleza o el propósito de los incrédulos. Los seguidores de Jesucristo somos llamados a servir como sus embajadores, difundiendo el conocimiento del Salvador y anhelando la rectitud. Sustituimos nuestros deseos por los de Él, reconocemos cuando hemos pecado, y pedimos su perdón. Pero estos valores a menudo tienen poco sentido para quienes no conocen a Cristo.
Vivir en santidad en el mundo es difícil, pero podemos encontrar apoyo y aliento de otros que han recibido a Jesucristo como Salvador. Los buenos amigos y los consejeros de confianza nos ayudarán a mantenernos orientados hacia el Hijo de Dios.
sábado, 4 de enero de 2020
Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán. Jer 16, 3
¿Quién o qué guía su vida?
Esa es una pregunta importante porque quien sea o lo que sea que nos dirija determina nuestra manera de pensar, acciones, deseos y caminos. Mucha gente hoy se deja guiar por sus sentimientos. Como resultado, carecen de la estabilidad que solo proviene de depender de la Palabra de Dios. Cuando el Señor es nuestra guía, nos da la claridad y las fuerzas que necesitamos para vivir como Él desea, mientras confiamos en Él.