La seguridad no viene de poner una cerca a nuestro alrededor para protegernos del mundo. Viene de someternos a Aquel de quien somos. Viene de “tomar su yugo”, de entregarnos a Él. A veces, eso significa aceptar los límites que Él ha puesto a nuestro alrededor; otras veces, significa seguirle al campo de la cosecha. Y también, en otras ocasiones, podría significar dejar que un extraño entre en nuestros espacios seguros.
jueves, 18 de octubre de 2018
El Señor Jesús nos recuerda que el verdadero descanso y la seguridad vienen de rendirse a Él. “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados” nos invita Él, “y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí … y hallaréis descanso para vuestras almas” Mt. 11, 28
La seguridad no viene de poner una cerca a nuestro alrededor para protegernos del mundo. Viene de someternos a Aquel de quien somos. Viene de “tomar su yugo”, de entregarnos a Él. A veces, eso significa aceptar los límites que Él ha puesto a nuestro alrededor; otras veces, significa seguirle al campo de la cosecha. Y también, en otras ocasiones, podría significar dejar que un extraño entre en nuestros espacios seguros.
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