miércoles, 28 de noviembre de 2018

La falta de Paz viene de una o más de estas 3 condiciones básicas: miedo, culpa y el sentimiento de no sentirse amado. Ninguna de estas tres pueden curarse con las cosas que tenemos, o podemos tener en esta vida, ya que están basadas en nuestra relación con Dios, lo cual incluye nuestra fe en Él.


Cuando tu crees con tu corazón que Jesucristo murió por tus pecados, y tu le pides que sea tu Salvador y Señor, tu entonces estarás en paz con Dios - esta es la fuente de la Paz. Tu puedes entonces tener derecho a las promesas que se encuentran en las Escrituras para ti.
Temor, es el producto de la incertidumbre. Cuando no sabemos que puede pasar y no conocemos al único que tiene el control, o no sentimos al único que tiene el control como nuestro mayor interés en nuestro corazón, comenzamos a estar llenos de temor. Aquí está la solución:
 
Filipenses 4:6-7 "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego con acción de gracias, y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús."

La fórmula de Dios para la paz interior (pero recuerda que solo funciona una vez que tu has aceptado a Jesucristo como tu Salvador personal) es:
 
1. No estés afanoso (preocupado) por nada. (Tu solo puedes hacer esto si realmente crees en Dios - una fe verdadera)

2
. Da gracias por todo. (Todo, no solo por las cosas que tu quieres, o por aquellas que piensas te darán felicidad - Todo.)

3.
 Dile a Dios en oración lo que tu necesitas o lo que tu quieres. (Si tu le pides de acuerdo a su voluntad tú lo recibirás, Si no es así, tu sabrás que su voluntad es mejor.

4. Tu tendrás es paz que guardará tu corazón y tu espíritu. (Esta es la paz que sobrepasa todo entendimiento. Aquellos alrededor de ti que no tienen esta paz no lo van a entender. Tu mismo quizá no la puedas entender).

Isaías 26:3 "Tu guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera porque en ti ha confiado". Nota: la base sobre la cual tu puedes tener la paz perfecta es en la confianza en Él (Dios). Sin confianza (fe) - no hay Paz.

1ª de Pedro 5:7 "Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros. Podemos poner toda nuestra ansiedad sabiendo que Él cuida de nosotros". Quien puede estar más seguro que aquel que tiene al Creador y Redentor de la humanidad viendo por él.
 



miércoles, 21 de noviembre de 2018

El fundamento de las enseñanzas de Jesús sobre la recta conducta de sus seguidores. La participación en el Reino de Dios exige una obligación ética y la justa participación exige obediencia



Para Jesús la persecución de rectitud es obedecer la voluntad de Dios en todos los aspectos (personal, social, comunitario), esta debe ser la primera prioridad de sus seguidores.
San Juan revela que los seguidores de Jesús son aquellos que se caracterizan por la persecución de la rectitud y la justicia. Esto es central en el mensaje de Jesús que él declara que sin un estado recto no entra en el reino de Dios

viernes, 16 de noviembre de 2018

¿Cómo podemos hacer creíble, en nuestro mundo, que la salvación del hombre consiste en conocer al Dios verdadero? E s decir, ¿cómo hacer creíble que existe Dios; que Dios se revela en Jesucristo como Padre, como amor que se comunica a nosotros haciéndonos partícipes de su vida?



¿Qué hemos hecho al liberar esta tierra de su sol? ¿Hacia dónde se mueve? ¿Hacia donde nos movemos, lejos de todos los soles? ¿No nos estamos cayendo? ¿No vamos dando tumbos hacia atrás, de lado, hacia adelante, hacia tod os los lados? ¿Hay todavía un arriba y un abajo? ¿No vagamos a través de una nada infinita? ¿No sentimos el espacio vacío? ¿No hace más frío? ¿No anochece cada vez más? 

La crisis a la que nos enfrentamos en la situación actual  es, sustancialmente, una crisis teológica, que se manifiesta en el hecho de vivir, como si Dios no existiese 

La respuesta a esta crisis y, a la vez, el medio para hacer creíble que la salvación del hombre consiste en el conocimiento del Dios verdadero, consiste en renovar la presencia de Dios en el mundo. Y esto, de una manera concreta: generando santos. 


 ¿De qué otro modo puede ser interpretada la vida sino mediante vida? Los Santos son la tradición más viva, ésa misma también que siempre está indicada en la Escritura cuando se habla del despliegue de las riquezas de Cristo, de la aplicación de su norma a la Historia. Las misiones de los santos son respuestas de arriba a las preguntas de abajo, de tal modo que no es raro que empiecen por producir un efecto como de algo incomprensible, como signos a los que hay que oponerse en nombre de todo lo sensato, hasta que se presenta la "prueba de la fuerza". Pruebas tales fueron San Bernardo, San francisco, San Ignacio, Santa Teresa: todos ellos como montañas escupiendo fuego, que lanzan continuamente lava candente desde la hondura más profunda de la Revelación, y a pesar de toda tradición horizontal demuestran la presencia de Kyrios vivo (el Señor), ahora y hoy".

La realidad de Dios es tal que su presencia o ausencia cambia todo. Nada es lo mismo, nada permanece igual - en la economía, en la moral, en las instituciones - si Dios desaparece de nuestra vida cultural y de nuestro pensamiento. No es indiferente para el hombre concreto el que conozca o no al Dios vivo y verdadero.



"Que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero". Hoy hemos de hacer nuestra esta petición de Jesucristo. El sentido de nuestra vida, la razón de ser de nuestro sacerdocio, es acercar a los hombres a Cristo para que, en el Espírit u Santo, puedan conocer al Padre.

Debemos renovar nuestra fe, convencidos de que, desconociendo a Dios, los hombres no tendrán la vida verdadera.

Hemos de renovar nuestra esperanza, confiando en que Dios nos envía su Espíritu, que nos capacita para responder con amor a su amor.

Hemos de avivar nuestra caridad, amando a Dios con amor sincero, sabiéndonos amados por Él. Necesitamos redescubrir cada día nuestra condición de hijos, partícipes, por pura gracia de la filiación de Cristo.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

A través de Jesús podemos conocer la promesa de la vida eterna y experimentar el gozo de conocer a Dios aquí en la tierra!





















Si desea tener una relación con Dios,
la biblia nos dice que el primer paso es
reconocer que hemos pecado y que no hay nada que podamos hacer para ganar el amor de Dios (Ro 3: 23-26). Luego, creemos y confesamos que Jesús es el Señor (Romanos 10: 9) y le permitimos que guíe nuestras vidas. Donde una vez quisimos controlar nuestro propio futuro, ahora invitamos a Jesús a nuestros corazones para que seamos Señor sobre nuestras vidas.

jueves, 8 de noviembre de 2018

Solo a Dios sea la gloria solo a El



La gloria del Hijo es también la gloria de los hijos de Dios; él conduce «a los muchos hijos hacia la gloria» (Heb 2, 10); participantes de su gloria (1 Pe 5, 1-4). Según Pablo el justificado ya participa de la gloria escatológica (2 Cor 3, 18; 4, 17), si bien en forma oculta y esencialmente en ->esperanza (Rom 8, 18). Hacia esta gloria se dirige la «expectación anhelante» de toda la creación (Rom 8, 19-23). «Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres, objeto de su amor» (Lc 2, 14), anuncian las ángeles al aparecer Jesús en este mundo. La voluntad de Dios es que «el Padre sea glorificado en el Hijo» (Jn 14, 13; Flp 2, 11). Y también es voluntad de Dios que el Hijo sea glorificado en los hombres (Jn 17, 1-6). La glorificación de Dios, la de Cristo y la de los hombres están intrínsecamente relacionadas (2 Cor 4, 15); son frutos de un amor creciente, que llega a su plenitud en el «día de Cristo» (Flp 1, 9ss; 1 Pe 11, 27; 2 Pe 3, 18). En el ->reino de Dios el ->culto no tendrá más expresión que la adoración y la acción de gracias en Jesucristo (Rota 16, 27; Jds 24-25; Ap 1, 4-7; 5, 13; ->visión de Dios).

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Ven derrama de tu Espíritu Señor, como en Pentecostés que seamos llenos


Oh Espíritu Santo,
Amor del Padre, y del Hijo,

Inspírame siempre
lo que debo pensar,
lo que debo decir,
cómo debo decirlo,
lo que debo callar,
cómo debo actuar,
lo que debo hacer,
para gloria de Dios,
bien de las almas
y mi propia Santificación.

Espíritu Santo,
Dame agudeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia para hablar.

Dame acierto al empezar
dirección al progresar
y perfección al acabar.
Amén.

Es natural querer superar los problemas y disfrutar de buenos tiempos, pero ¿qué tal si usted dijera: “Padre, mantenme en esta temporada hasta que hayas hecho tu voluntad y alcanzado tu plan perfecto?



Con este acto de sometimiento, comenzará a tener paz en su corazón, en vez de ansiedad. Aunque puede ser que la situación no cambie, su actitud y sus sentimientos sí cambiarán. Cada vez que usted decide creer que Dios es fiel, y vivir de acuerdo con esa convicción —aun cuando la vida sea difícil— su fe crece. Usted puede descansar bien, sabiendo que el Señor está haciendo siempre algo bueno.

Fidelidad de Dios para con nosotros



Si lo primero que hacemos en la mañana es enfocarnos en Dios, y darle gracias por haber cuidado de nosotros durante toda la noche, las palabras de Lamentaciones 3.22, 23 se convertirían en una realidad en nuestra vida: “El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!”
La fidelidad de Dios se basa en su naturaleza. Ella es uno de sus atributos. A pesar de que no siempre entendemos lo que está haciendo, o por qué permite ciertas circunstancias, podemos confiar siempre en quién es.