Es natural querer superar los problemas y disfrutar de buenos tiempos, pero ¿qué tal si usted dijera: “Padre, mantenme en esta temporada hasta que hayas hecho tu voluntad y alcanzado tu plan perfecto?
Con este acto de sometimiento, comenzará a tener paz en su corazón, en vez de ansiedad. Aunque puede ser que la situación no cambie, su actitud y sus sentimientos sí cambiarán. Cada vez que usted decide creer que Dios es fiel, y vivir de acuerdo con esa convicción —aun cuando la vida sea difícil— su fe crece. Usted puede descansar bien, sabiendo que el Señor está haciendo siempre algo bueno.
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