Dame Señor un corazón como el tuyo que es perfecto lleno de amor
La esencia de la vida espiritual es la buena voluntad, la pureza de intención. La consolación sensible no forma parte de esa esencia. Esta es buena y puede ayudar, aunque algunas veces perjudica. Una persona puede llevar una profunda vida espiritual sin experimentar consolación sensible alguna. El guía más seguro en la búsqueda de la oración contemplativa es el normal impulso de amar que brota de un corazón puro y despegado de las cosas del mundo. Por lo demás, sin ese amor, por más franco que sea, nada de útil se puede emprender en el reino de la genuina espiritualidad.
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