Isaias
64:1 como el fuego enciende un matorral, como el fuego
hace hervir el agua!
Así manifestarías tu Nombre a tus adversarios y las naciones temblarían ante ti.
64:2 Cuando hiciste portentos inesperados,
64:3 que nadie había escuchado jamás, ningún oído oyó, ningún ojo vio a otro Dios, fuera de ti, que hiciera tales cosas por los que esperan en él.
64:4 Tú vas al encuentro de los que practican la justicia y se acuerdan de tus caminos. Confesión de los pecados y súplica Tú estás irritado, y nosotros hemos pecado, desde siempre fuimos rebeldes contra ti.
Así manifestarías tu Nombre a tus adversarios y las naciones temblarían ante ti.
64:2 Cuando hiciste portentos inesperados,
64:3 que nadie había escuchado jamás, ningún oído oyó, ningún ojo vio a otro Dios, fuera de ti, que hiciera tales cosas por los que esperan en él.
64:4 Tú vas al encuentro de los que practican la justicia y se acuerdan de tus caminos. Confesión de los pecados y súplica Tú estás irritado, y nosotros hemos pecado, desde siempre fuimos rebeldes contra ti.
¿Qué significa “esperar en el Señor”?
Uno de los principios fundamentales en la Biblia es que
debemos aprender a esperar el tiempo y la dirección de Dios. Por una parte,
implica tener paciencia, es decir, estar dispuestos a esperar, lo que nos lleva
a hacer una pausa para recibir más instrucción en lugar de precipitarnos para ejecutar
nuestras soluciones. También demanda que estemos dispuestos a aceptar con calma
lo que Él esté haciendo en nuestra vida y confiar en que intervendrá para
llevar a cabo su voluntad.
Algunos tendrán que desistir de lo que parece ser una
necesidad inmediata y resistir la tentación de fijar el momento más conveniente
para obtenerla. Por otra parte, esperar en Él no quiere decir tener una actitud
fatalista; más bien es la firme expectativa de que Dios cumplirá lo que ha
prometido.
Razones para esperar en Dios.
■
Él
está arreglando las circunstancias. Los
israelitas marcharon alrededor de Jericó por siete días antes de
atacarla. La ansiedad y el temor se apoderaron del enemigo, preparando el
camino para la victoria. David fue escogido como rey de Israel años antes de
ascender al trono y esperó hasta que se cumplió el tiempo de Dios para hacerlo;
pero se rehusó a matar a Saúl, pues lo respetó porque decía que era “el ungido”.
■ Él
purifica nuestras intenciones. En lugar de actuar impulsados
por el placer, la codicia o el orgullo debemos ser motivados por el amor, el
servicio y la obediencia. Si nuestras motivaciones no son correctas, Dios se
demorará en bendecirnos, pues su intervención no se concreta a satisfacer
nuestros deseos; quiere que captemos la enseñanza que nos imparte.
■ Dios mismo nos enseña a confiar en Él. Si Él contestara
toda oración inmediatamente, quizá no aprenderíamos a confiar en Él. Por eso a veces
Él nos promete que suplirá lo necesario y luego nos pide que esperemos.
■ Nos protege del peligro
imprevisto. El Padre ve todas las cosas y
sabe lo que es mejor para cada uno de sus hijos. Quienes se precipitan
tropiezan con dificultades inesperadas.
■ Nos prepara para dar buen testimonio. Si decidimos esperar
hasta que Dios supla nuestra necesidad, nuestras vidas pueden causar un gran
impacto en cuanto a su fidelidad entre muchos de los que nos rodean.
bendiciones, estoy visitando su blog desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
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