Al principio los hijos necesitan
protección, con el tiempo se sueltan poco a poco, y esto es lo natural. Los
hijos deben pasar de la dependencia absoluta a la independencia absoluta, en un
proceso ascendente de responsabilidades, libertades y desarrollo de
inteligencias, habilidades y destrezas.
De ahí que ser padre y madre es una tarea muy compleja
que va más allá de traer un hijo al mundo, es formar a una persona,
e influir en su destino y en el
desarrollo de su carácter, esto requiere paciencia, dedicación, valentía,
firmeza y amor.
Tenemos alrededor de
18 años para formar carácter, desarrollar inteligencias y habilidades sociales
en nuestros hijos.
A los 18 años están eligiendo carrera profesional. Para este momento deben
saber en qué son buenos, cuáles son principales inteligencias, y cómo se
ven invirtiendo su tiempo. Deben conocer su mapa interno, lo que les permite
decidir carrera con asertividad. En estos años es donde también pueden elegir
quién será su cónyuge para el resto de sus vidas. Esta decisión tiene
implicaciones generacionales y de legado a la humanidad.
Desde la niñez y durante el resto de
sus vidas, nuestros hijos elegirán sus amigos, es decir, las personas que más
influenciarán en sus vidas después de sus padres. Al llegar el momento, deben
elegir amigos sabiamente y para esto se requiere inteligencia social y
emocional.
Ahora bien, nadie nace aprendido en
la desafiante tarea de ser padre o madre, y es natural que en algunas ocasiones
se sienta temor ante tal desafío.
Algunas recomendaciones que le
pueden ayudar a formar hijos e hijas responsables e independientes son:
1. Asigne responsabilidades de acuerdo a su edad:
Conforme van creciendo pueden asumir
más responsabilidades sobre su propio cuidado y colaborar en el hogar, para
esto es necesario que aprendan diferentes destrezas.
Por ejemplo, si ya tiene edad para
atarse solo el cordel de los zapatos, enséñele a hacerlo por sus propios
medios, permítale bañarse solo y vestirse por sí mismo, aunque a usted le
parezca que la ropa no convine. Conforme crecen, también enséñele a colaborar
en las tares al hogar; pueden poner la mesa para cenar, lavar los platos,
limpiar los baños, sacar la basura, etc.
Estas responsabilidades les brindan
sentido de pertenencia, y les permite sentirse útiles, importantes y necesarios.
2. Fortalezca la autoestima de sus hijos e hijas
Es fundamental brindar a los
hijos/as afirmación y no descalificación. Sea un apoyo en la buena formación de la autoestima
de su hijo/a, que lo recuerden por su apoyo, y no por ser el primero en dudar
de sus capacidades.
Expresar amor es otra forma de
desarrollar su buena autoestima. Abrace a sus hijos/as, si nunca lo ha hecho,
sólo acérquese y rodéelo con sus brazos. Después de la primera oportunidad,
resultará cada vez más fácil. Un abrazo dice más que mil palabras y les hace
sentir amados, aceptados, y apreciados.
3. Tenga una buena relación con su cónyuge:
Un matrimonio saludable brinda
estabilidad emocional a los niños. Los padres serán el referente de
socialización para los hijos. Si ustedes se gritan en momentos de desacuerdos,
es muy probable que sus hijos e hijas asuman la misma reacción ante un disgusto
con su hermano/a.
Si el matrimonio se ha disuelto, de
igual forma, es su ejemplo el que guía. Procure llevar una buena relación con
su ex cónyuge, por amor a sus hijos/as, ya que es a partir de su modelaje que
ellos/as aprenderán a sanar heridas.
Sea que esté casado, soltero,
separado, viudo o divorciado, es el ejemplo de cómo se llevan las relaciones
inter personales y familiares, lo que enseñará a sus hijos/as el arte de
manejar en sus propias vidas el amor, la amistad y los desacuerdos.
4. Genere un ambiente de seguridad:
Las
palabras tienen poder para producir vida o muerte, afirman o destruyen. Hágales sentir amados, aceptados y
apreciados. Que nos escuchen decir lo que significan para nosotros. Constantemente
exprese amor y aceptación. Ellos deben saber que estamos disponibles
cuando nos necesiten.
Nuestros hijos necesitan saberse amados. Dele a su hijo/a la oportunidad de
escuchar que su amor hacia él o ella es un amor que jamás dejará de existir ni
menguará, que es incondicional por el simple hecho de ser hijo.
5. Establezca límites y reglas claras:
Establezca límites porque dan
seguridad. Haga que sus hijos/as conozcan las reglas del hogar.
Establezca contratos con ellos donde
todo esté claro, es decir, donde se conozcan por todos los miembros de la
familia las reglas, las expectativas de comportamiento esperado, los motivos de
recompensa y los de corrección.
6. Responda todos los por qué, porque les permitirá desarrollar criterio
propio:
De esta manera ellos y ellas
juzgarán por sí mismos la vida con una sana conciencia y valores definidos.
Es usual que no nos demos cuenta de
lo que estamos enseñando a nuestros hijos/as, pero ellos
y ellas tienen sus ojos en nosotros todo el día. Usted enseña sus
criterios de vida cuando resuelve un problema, hace frente a un conflicto o se
dedica a los asuntos más insignificantes en la casa o el trabajo. Esto demanda
de usted una conducta coherente con los principios que enseña.
Permítale construir y expresar sus
propios criterios. Así ellos podrán tomar decisiones adecuadas cuando ni papá
ni mamá estén cerca para aconsejarlos. Por ejemplo, qué responderán cuando les
ofrezcan drogas, alcohol o sexo.
7. Fomente una relación sana con la autoridad:
Autoridad, es sinónimo de un
liderazgo que se respeta.
La autoridad no se impone, se reconoce, la autoridad no intimida, inspira.
Educar no es imponer. Educar es
inspirar un espíritu capacitado para juzgar la vida por sí mismo. Si quiere
estropear la oportunidad de desarrollar en su hijo la capacidad de creer en sí
mismo, simplemente enséñelo a ser dependiente, hágalo todo por él, decida en
todo y no le conceda ninguna participación en el proceso de aprendizaje. Pero
si le concede amplia libertad para que participe plenamente en ese proceso,
tendrá oportunidad de desarrollar valores que le permitirán transitar por la
vida con acierto.
Los valores no se imponen, se
modelan, y se inspiran. Los valores son la huella, que los hombres y mujeres
que hemos amado y admirado han dejado en nuestras vidas. Indiscutiblemente
nadie tiene más influencia en la vida de otro ser humano que sus padres.
8. Trate a sus hijos conforme a su etapa de vida:
Como niño cuando es niño, y como
joven cuando es joven.
No se debe tratar a un niño o niña
como si fuera un adulto, ni asignarle labores o trabajos que no sean propios a
su edad.
Tampoco pretendamos comportamientos
de adultos en ellos y ellas si no lo son, cada etapa es necesaria para su sano
desarrollo. Por ejemplo, no lo ponga a correr cuando para su edad debería
aprender a gatear; y a la inversa, no lo deje sólo gatear cuando para su edad
ya debería empezar a caminar.
Si bien todos los niños, niñas y
adolescentes desarrollan física y emocionalmente diferente, existe un promedio
de tiempo prudencial. Si tiene dudas, consulte a un experto y otros padres
experimentados que realizan una buena labor en la crianza de sus hijos/as.
9. Ayúdeles a construir su propio proyecto de vida:
Permítales soñar y tener metas
personales. Permítales recorrer el camino por ellos mismos. Es tan importante
recorrer el camino, como alcanzar la meta, esto les ayudará a darse una idea
del costo y gratificación de su esfuerzo.
Conclusión:
Criar
hijos e hijas es formar sociedad,
por esto puede decirse que el formar a los ciudadanos del país es una misión
grande y retadora. De ahí que nuestro papel como padres y madres es
insustituible, por eso la familia no puede ser reemplazada por ninguna otra
institución, ya que su función como formadora de capital social (ciudades con
potencial), su socialización, así como su tarea en la transmisión de cultura y
valores es, por lo tanto, insustituible. En definitiva, la familia es el mejor
lugar para criar hijos/as saludables
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