Pues si yo, el Señor y el
Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a
otros. Porque os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis como yo he
hecho con vosotros. "En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que
su amo, ni el enviado más que el que le envía. "Sabiendo esto, dichosos
seréis si lo cumplís." (Juan 13, 14-17)
Es una verdad absoluta la
aseveración de que nadie puede dar lo que no tiene. Nuestro deber es comenzar
por pedir con humildad, fe y perseverancia a Dios, que nos conceda todas
aquellas virtudes de las que carecemos. En especial, debemos solicitar la gracia de amarlo a él sobre todas las
cosas y amar al prójimo como quisiera ser amado.
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