De generación en generación te agradeceremos y
relataremos Tu alabanza por nuestras vidas que están en Tu mano, por nuestras
almas que están confiadas en Tí, por Tus milagros que todos los días están con
nosotros y por Tus maravillas y bondades en todo momento, noche, mañana y
tarde. El Bondadoso, pues no se han agotado Tus misericordias; el
Misericordioso, pues no se han extinguido Tus bondades, ya que desde siempre
hemos esperado en Tí.
Y por todo ello que siempre sea bendito, exaltado y
elevado Tu Nombre, Rey nuestro, por toda la eternidad. Y todos los seres vivos
agradecidamente te reconocerán.
Y alabarán y bendecirán por siempre Tu grandioso
Nombre, con verdad, pues benévolo es, oh Dios de nuestra esperanza y de nuestra
ayuda, el Dios benévolo. Bendito eres Tú Eterno, benévolo es Tu Nombre y a Tí es propio
agradecer.
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