y Te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de JESUCRISTO, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con la cual Él mismo es ofendido. Y, a través de los méritos infinitos de Su Sacratísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de MARÍA, Te pido la conversión de los pecadores".
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