martes, 16 de enero de 2018

Cristo promete perdón y vida eterna a todo pecador que cree en Él y le sigue. Cuando ponemos nuestra fe en Jesús, somos adoptados como hijos de Dios y recibimos su Espíritu que viene a morar en nosotros, y quien nos bendice abundantemente con gozo, paz y dirección.



Somos siempre bienvenidos al trono de la gracia, y tenemos acceso a Él en cualquier momento. Él promete escuchar y responder cuando le buscamos con un corazón arrepentido.
No merecemos la invitación del Señor de tener una relación íntima con Él. Sin embargo, por su gracia, Él es tierno y compasivo con nosotros. ¡Qué privilegio tan grande es poder acercarnos al trono del Rey, sabiendo que Él escucha, comprende y nos ama!

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