1. Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente
el día, sin querer resolver el problema de mi vida todo de una vez
2. Sólo por hoy tendré
el máximo cuidado de mi aspecto, cortés en mis maneras, no criticaré a nadie
y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie sino a mí mismo
3. Sólo por hoy seré
feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el
otro mundo, sino también en este
4. Sólo por hoy me
adaptaré a las circunstancias, sin pretender que todas las circunstancias se
adapten a mis deseos
5. Sólo por hoy
dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando que, como
el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es
necesaria para la vida del alma
6. Sólo por hoy haré una buena acción y no lo
diré a nadie
7. Sólo por hoy haré por lo menos una sola cosa
que no deseo hacer, y si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procuraré
que nadie se entere
8. Sólo por hoy me haré un programa detallado.
quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré y me guardaré de dos
calamidades: La prisa y la indecisión
9. Sólo por hoy creeré aunque las circunstancias
demuestren lo contrario, que la buena providencia de Dios se ocupa de mí
como si nadie más existiera en el mundo
10. Sólo por hoy no tendré temores. De manera
particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y creer en la bondad
Decálogo de serenidad de Juan XXIII |
martes, 20 de febrero de 2018
Sin una gran serenidad, el hombre no avanza, ni siquiera en una sola virtud
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