Respete el misterio del amor de Dios en la vida de cada uno de tus hermanos; que puedas ser para cada uno de ellos estímulo y aliento de respuesta en fidelidad.
Considera que cada hermano, en el proyecto del amor de Dios, es un soplo del Espíritu. Ayuda a fomentar siempre todo lo que sea unión y amor fraternos, comunión eclesial en tu entorno, y todo lo que ayude a crear ámbitos de fidelidad compartidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario