Sin embargo, muchas personas están tratando de vivir de sus propios recursos. No se dan cuenta de que la riqueza del amor, el poder y la provisión de su Padre está en su “menú”.
La relación de un creyente con el Señor es de completa unidad. Cristo es nuestra vida. Su Espíritu vive a través de nosotros. Por consiguiente, tenemos acceso a su poder, fortaleza y entereza.
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