jueves, 27 de septiembre de 2018

Dios ha prometido satisfacer todas las necesidades de sus hijos: sus riquezas ilimitadas están incluidas en el precio que Cristo pagó por su salvación (Ef 1.18).


Sin embargo, muchas personas están tratando de vivir de sus propios recursos. No se dan cuenta de que la riqueza del amor, el poder y la provisión de su Padre está en su “menú”.
La relación de un creyente con el Señor es de completa unidad. Cristo es nuestra vida. Su Espíritu vive a través de nosotros. Por consiguiente, tenemos acceso a su poder, fortaleza y entereza.

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