Fil 4, 10 - 13
El apóstol Pablo nos enseña que al someter nuestra debilidad empieza a actuar el poder de Dios, confiar en El para que nos de la energía y todo lo que sea necesario para para hacer frente a las circunstancias sin angustiarnos sin echar chispas o volvernos hostiles, ni vivir como en una montaña rusa o como un velero en la tormenta, porque Dios me permitirá vivir en quietud y estabilidad que da su presencia.
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