Pero no importa cuáles sean nuestras metas, debemos ser conscientes de la visión que Dios tiene para sus hijos. Conocida como la Gran Comisión, nos encarga: “Id y haced discípulos a todas las naciones”.
¿Pero qué significa “hacer discípulos”? Algunos cristianos piensan que esto se refiere a agregar nuevos miembros a la Iglesia, pero a Dios no le interesan los números ni las apariencias externas; le importa un cambio genuino de corazón. Por eso, encarga a sus seguidores que guíen a otros, primero a la fe salvadora en Jesucristo, y luego al bautismo como una declaración pública de su confianza en el Salvador.
Después de que el Señor Jesús compartió estos objetivos, los
discípulos pasaron el resto de sus días cumpliéndolos. De hecho, casi
todos dieron su vida para llevarlos a cabo.
Este mandato no ha cambiado. Nuestro Padre todavía desea que compartamos
el evangelio y que bauticemos a los que han sido salvos.
¿Está usted viviendo con el propósito de Dios como su guía? Pídale la valentía para compartir su mensaje de esperanza y amor.
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