Dios Padre todo poderoso, en el nombre de tu hijo Jesús, por su sagrada pasión, por su presencia real y misericordiosa en la Santa Eucaristía, por el corazón doloroso e Inmaculado de María, envíanos tu Espíritu Santo, para que por su santa y poderosa unción, nos otorgue la salud del alma, del cuerpo, protegiéndonos de toda amenaza actual o futura.
Permítenos caminar bajo el manto de María, nuestra madre amorosa, tu hija dilecta, llena de gracia, junto a San José y a todos los santos, cuyos méritos haz reconocido, protegidos por San Miguel Arcángel y sus milicias celestiales.
P: Quien como Dios.
R: Nadie como Dios.
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