Mateo 5:13
“Ustedes
son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada,
¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que
se la tira a la calle y la gente la pisotea.”
Jesús llamo a sus discípulos a ser la sal de la tierra
y la luz del mundo. Los profetas del antiguo pacto eran la sal de la tierra de
Cana; pero los cristianos son llamados a ser sal de toda la tierra, porque
Jesús dijo id por todo el mundo y predicar el evangelio. ¿Cómo es que unos
pocos pueden afectar el mundo entero? ¡Trabajando silenciosamente como la sal
con el evangelio de Cristo! Como un puñado de sal se dispersa a través de toda
la comida, la enseñanza del evangelio se dispersa ampliamente, penetrando y
llegando hasta los corazones de los hombres (Hechos 2:37). La sal del evangelio
nos limpia el alma y la preserva de la descomposición espiritual. Es un pacto
eterno entre Dios y todos los verdaderos creyentes.
Tal como la sal era requerida en todos los
sacrificios de ofrenda, los cristianos necesitan ser esa sal,de la tierra. El mundo se corroe con la ignorancia y el pecado. Por esta razón,
Cristo nos envía a sazonar el mundo a través de nuestra vida y enseñanza, con
la sabiduría y gracia del evangelio, ¡para hacer aceptables a Dios a todos los
creyentes fieles! ¡Se la sal de la tierra!
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