1. Saque tiempo para su familia
Escucha, Israel: el Señor, nuestro Dios, es el único Señor.
Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Graba en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy.
Incúlcalas a tus hijos, y háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas de viaje, al acostarte y al levantarte. Deuteronomio 6, 4-7
Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Graba en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy.
Incúlcalas a tus hijos, y háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas de viaje, al acostarte y al levantarte. Deuteronomio 6, 4-7
En tiempos
bíblicos, los hombres participaban activamente en la educación de sus
hijos. Dios los animaba a dedicarles tiempo con regularidad, como lo
demuestra el pasaje de Deuteronomio
2. Los buenos padres saben
comunicarse
Escuche con
calma y no critique
Saber
comunicarse con los hijos implica saber escucharlos y aprender a
no reaccionar de manera exagerada ante lo que dicen.
Si sus
hijos temen que usted pierda los estribos y los critique con severidad,
no se sentirán con la libertad de expresar lo que piensan y lo que
sienten. Pero si los escucha calmado, les demostrará que se interesa de corazón
por ellos y será más probable que se abran con usted.
Los sabios
y prácticos consejos de la Biblia han demostrado ser útiles en diversos campos
de la vida diaria. Por ejemplo, Santiago 1, 19 dice: “Todo hombre
tiene que ser presto en cuanto a oír, lento en cuanto a hablar, lento en cuanto
a ira”. Cuando los padres aplican este principio, la
comunicación con sus hijos mejora.
3. Discipline a sus hijos
con amor y elógielos
Cuando
discipline a sus hijos debe hacerlo porque los ama y quiere que les vaya bien
en la vida, no porque se siente decepcionado o enfadado. Disciplinar
abarca aconsejar, corregir, educar y castigar cuando sea necesario.
Ahora bien,
la disciplina surte un mejor efecto cuando el padre tiene la costumbre de
elogiar a sus hijos. Un antiguo proverbio dice que “las palabras dichas a su tiempo” son como
“manzanas de oro con adornos de plata” Provervios 25, 11. Los
elogios enriquecen el carácter del niño, pues hacen que se sienta reconocido y
valorado. Si busca oportunidades para elogiar a sus hijos, los ayudará a
elevar su autoestima y les dará un incentivo para que no dejen de
hacer lo que es correcto.
Principio
bíblico: “Padres,
no estén exasperando a sus hijos, para que ellos no se descorazonen”
Colosenses 3,21
4. Ame y respete a su esposa
La forma de
tratar un hombre a su esposa tendrá un gran impacto en sus hijos. En un libro
sobre desarrollo infantil, varios expertos comentan: “Una de las mejores cosas
que un padre puede hacer por sus hijos es respetar a su esposa. [...] Los
padres que se respetan y lo demuestran ante sus hijos les brindan un buen
ambiente donde crecer” (The Importance of Fathers in the Healthy
Development of Children).
“Esposos, continúen
amando a sus esposas [...;] que cada uno de ustedes individualmente ame a su
esposa tal como se ama a sí mismo”
Efesios 5, 25-33.
5. Enséñeles con el ejemplo a amar a Dios
Los padres
que aman sinceramente a Dios pueden dejar a sus hijos un preciosísimo legado:
una relación íntima con su Padre celestial.
Tras
décadas de duro trabajo y sacrificios para criar a sus hijos, un padre recibió la siguiente nota de
una de sus hijas:
Querido
papá: Solo quiero darte las gracias por haberme enseñado desde niña a amar a Dios,
al prójimo y a mí misma, es decir, a ser una persona completa.
Me demostraste tu amor a Dios y por mí. Gracias por haber puesto a Dios en
primer lugar en tu vida y por habernos tratado como regalos de Dios”.
Ser padre
va más allá de los cinco puntos aquí tratados y que por más que uno se esfuerce
es imposible ser un padre perfecto. No obstante, si aplica estos
principios con amor y equilibrio, seguro que podrá ser un buen padre. *
Un buen padre nunca está demasiado
ocupado.
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