Confíen en el Señor
para siempre, porque el Señor es una Roca eterna. Isaías 26:4
El Señor escucha nuestro clamor, nos
saca del pecado, nos pone en lugar firme (en Cristo la Roca), nos da dirección
y guía, y finalmente pone un canto nuevo de alabanza a nuestro Salvador (algo
que no puede quedar oculto a los que nos rodean). A menudo cuando estamos
alegres cantamos y los demás pueden percibir esta alegría porque nos
escuchan cantar.
Representa la redención, el gozo, la victoria sobre
la prueba y sobre el enemigo. Se canta con alegría para celebrar la liberación,
la victoria y la esperanza. Es a través de la voz que somos capaces de expresar
nuestros sentimientos y desahogar nuestro corazón para con el Creador. Cantar
es elevar la voz, ser reconocido, es poder llevar un mensaje para nosotros
mismos o para los que nos oyeren.
Tú eres mi refugio; me
guardarás de angustia: Con cánticos de liberación me rodearás. (Selah)
(Salmos 32:7)
Pacientemente esperé en Yavé, y Él
se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me sacó del pozo de la desesperación, del
lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego
en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y
temerán, y confiarán en Jehová. (Salmos 40:1-3)
La
vida cristiana es una vida plena de canto que supera las vicisitudes y
aflicciones y hace temblar el entorno con el poderoso mensaje del carpintero de
Nazaret. Donde este canto se entona no puede haber
tristeza ni esclavitud porque abre las puertas que aprisionan y suelta
las cadenas de pecado que atan al hombre.
Pablo y Silas no solo habían sido
azotados sino que habían sido puestos en el calabozo de más adentro. Por si
esto fuera poco les apretaron los pies en el cepo. Estaban siendo tratados como
si fuera lo peor de los criminales. Tenía razón más que suficiente para
sentirse tristes y afligidos, sin embargo, ahí estaban entonando himnos y
orando con gozo sobrenatural.
Y se agolpó el pueblo contra ellos;
y los magistrados rasgándoles sus ropas, mandaron azotarles con varas. Y
después de haberles herido de muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando
al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, habiendo recibido este
mandato, los metió en la cárcel de más adentro; y les apretó los pies en el
cepo. Mas
a media noche, Pablo y Silas oraban, y cantaban himnos a Dios; y los
presos los oían. Entonces repentinamente fue hecho un gran terremoto, de
tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y luego todas las
puertas se abrieron, y las cadenas de todos se soltaron.
¿Está
alguno afligido entre vosotros? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante
salmos. (Santiago 5:13)
«Salmo de alabanza» Cantad
alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Yavé con alegría; venid
ante su presencia con regocijo.(Salmos 100:1-2)
El regreso al hogar después de un
lago cautiverio es expresado con cantos de gozo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario