“Instruye al niño en su camino, y aún
cuando fuere viejo no se apartará de él.” Prov. 22:6
Inteligencia Emocional
Se puede definir como un “subconjunto de la inteligencia social
que comprende la capacidad de controlar
los sentimientos y emociones propios así como los de los demás, de
discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar nuestro
pensamiento y nuestras acciones”.
Diferencia entre CE y CI
El Coeficiente Intelectual (CI) puede ser medido a través de
pruebas psicológicas, y le permite a la persona conocer cuál es el rendimiento
de sus funciones cognitivas y ejecutivas; por su parte, el Coeficiente Emocional (CE) se refiere a las habilidades sociales que
posee una persona.
Desarrollo de emociones en los niños
Es importante destacar que, si bien es cierto la fisiología predispone, la crianza es la
que determina las futuras destrezas que los niños y niñas tendrán como hombres
y mujeres. Así, el papel de los padres se basa en ayudar a que sus hijos
aprendan a modificar estos cambios neuroquímicos y de esta forma, desarrollar
las habilidades sociales necesarias para el éxito y la satisfacción tanto personal
como interpersonal. Algunas herramientas para lograrlo:
-Identifique su propio coeficiente emocional, pues como es bien
sabido, se “predica con el ejemplo”.
-Determine el estilo de patrón utilizado con frecuencia para
educar y disciplinar a los hijos. Los estudios revelan que existen tres
tendencias al respecto: el padre autoritario,
el permisivo,
y el autoritativo.
Varios autores concuerdan en que las emociones giran en torno a
dos habilidades sociales: la empatía y
la atención. La empatía es la
habilidad de comprender los sentimientos del otro y su perspectiva, y respetar
las diferencias entre lo que cada uno siente respecto a las mismas cosas.
Recomendaciones para aumentar la empatía en los niños:
-Aumente las expectativas de una
conducta considerada y responsable
-Enséñele a su hijo a practicar actos
de bondad
-Comprometa a su hijo con el trabajo
comunitario
La atención es la capacidad de
amar, y se encuentra estrechamente ligada a la empatía.
Además de estas habilidades, es importante que los niños
desarrollen aptitudes positivas, tales como:
sinceridad, optimismo, comunicación asertiva, solución de conflictos, amistad,
relaciones grupales, buenos modales, persistencia y esfuerzo.
De igual forma, los niños deben aprender a manejar sus emociones
negativas (llamadas así no porque sean incorrectas sino porque producen
sensaciones subjetivas desagradables), tales como: vergüenza, culpa y fracaso.
Algunas dificultades en el abordaje de las emociones de los
niños y niñas
-Ignorar los sentimientos de los hijos en general, considerándolos
triviales.
-Mostrarse demasiado liberal, dejando que el niño se enfrente a una tormenta emocional en
cualquier forma que desee, aún cuando ésta sea desproporcionada (por ejemplo,
con golpes).
-Expresándose desdeñoso, sin sentir respeto por lo que su hijo
siente; castigando,
desaprobando o hasta prohibiendo cualquier manifestación emocional.
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