martes, 21 de agosto de 2018

Dios sale a nuestro encuentro para ayudarnos para que la depresión, el alcoholismo, la droga no tenga cabida en nuestro corazón.


Hagamos un sitio a Dios en nuestra vida, quedémonos algún rato a solas con Él, observemos qué sentimientos de ánimo y desánimo afloran en nuestra alma. 

Saboreemos  la salvación que poco a poco va llegando. Gritad a los que, como nosotros, son cobardes de corazón: ¡sed fuertes! ¡No temáis! Dios en persona viene a salvarnos, dejemos, ya de estar pendientes de esas cosas que os tienen esclavizados.

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