El discípulo está unido a Jesús y su misión de realizar el reino pidiendo que Dios lo haga posible al decir: “venga tu reino” (Mt 6,10).
Jesús nos enseña que el momento de la oración es para pedir lo fundamental: el pan cotidiano; pedir perdón y comprometernos a perdonar (Mt 6,11-12). Cuando se ora pedimos no caer en la tentación y también que Dios nos libre del mal (Mt 6,13). Dicho brevemente, orar es pedir al Padre que su proyecto, su gran sueño se haga realidad en nuestra vida, la historia y la creación. Por esta razón, orar es vivir esa filiación con Dios que nos da y nos invita hacer posible su reino.
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