O vivimos en la voluntad de Dios o fuera de ella. Casi siempre, al pensar en su voluntad, ponemos nuestro enfoque en cómo descubrirla, pero mucho más importante es que decidamos obedecer su voluntad revelada. Puede que el camino sea rocoso, pero no debemos permitir que los obstáculos nos impidan vivir de acuerdo al plan del Señor.
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