«Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que … abundéis para toda buena obra» (2 Corintios 9:8).
Dios puede satisfacer todas nuestras necesidades de manera que estemos en condiciones de ayudar a otros en las suyas. Él sabe lo que hay en nuestro corazón: si es ayudar a otros, Él hará abundar sus bendiciones; si no, no pasa nada. Una de las razones por las que Dios nos bendice, es para bendecir a otros. Cuando bendecimos a otros, con la bendición de Dios, la bendición de Dios retorna a nosotros. Esta bendición que retorna a nosotros, quiere Dios que nuevamente continúe con el ciclo de bendecir a otros, y así la corriente de bendición nunca disminuirá.
Nos toca usar nuestra confianza en Dios para probar cada día sus provisiones. Nos toca confiar en el poder de Dios que hará que abunde en nosotros toda gracia de provisiones. La Fuente es Dios; es Fuente inagotable. David dijo: «Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo» (1 Crónicas 29:12).
¿Confiamos en que Dios suplirá todo lo que necesitamos? Tengamos fe en que lo hará
«Señor, ayúdame a confiar en tus planes y en tu provisión».
«Señor, ayúdame a confiar en tus planes y en tu provisión».
«La voluntad de Dios hecha a la manera de Dios nunca carecerá de la provisión de Dios».
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