Amado Padre Celestial, llenos de confianza acudimos a ti creyendo
firmemente que vendrás al auxilio del Ecuador. Mira el sufrimiento que
causa la violencia y la maldad e intervén con tu poder para debilitar al
maligno. Quiebra tú la vara del violento y quítale su dictadura sobre
las almas. Danos la gracia para ofrecer resistencia espiritual contra el
mal. Permítenos acoger más profundamente el regalo de la fe y ponerlo
en práctica. Convierte con nuestras oraciones a los que están lejos de
ti y esclavizados por el pecado, para que junto con ellos te
reconozcamos, te honremos y te amemos como nuestro Padre Celestial; te
lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor
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