Te rogamos ¡Oh, San Miguel! En unión con los Serafines obtener la gracia de abandonar el pecado y de inflamar en nuestros corazones el Santo Amor de Dios.
En unión con los Querubines defiéndenos de los asaltos de las sugestiones y tentaciones del enemigo, derrama en nuestras almas el espíritu de Humildad.
En unión con los Tronos no permitir que seamos oprimidos por los espíritus del mal, y concédenos la gracia de dominar nuestros sentidos y corrige nuestros malos hábitos. En unión con las Dominaciones proteger nuestra Fe, dándonos Sabiduría y Prudencia. En unión con los Poderes el proveer a nuestras necesidades, y concedernos una atención generosa para el servicio de los demás.
En unión con las Virtudes líbranos de nuestros adversarios, falsos testimonios, discordias, calamidades y todo mal que el enemigo suscite para molestarnos.
En unión con los Principados para concedernos el deseo tenaz de liberarnos nosotros, nuestras familias, a todos los que nos rodean y a nosotros mismos de enfermedades corporales y sobre todo espirituales.
En unión con los Arcángeles para que el Señor nos ayude a ser testimonios vivos de Cristo, llevando una vida pura, llena de gozo en el Amor Divino y seamos capaces de transmitirla por nuestros actos a los demás. En unión con los Ángeles el protegernos durante esta vida, y en la Gloria Eterna de Dios. Así sea.
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