La meditación es el proceso mediante el cual aprendemos a escuchar al Señor por medio de su Palabra, a aplicar los principios bíblicos en nuestra vida y a observar cómo Dios obra.
Desde el momento que aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador, el Espíritu Santo vino a morar en nuestra vida y nos selló como hijos de Dios, nos empoderó para vivir en rectitud y nos enseñó a creer y comprender su Palabra. Al meditar en las Sagradas Escrituras, el Espíritu Santo aplica sus enseñanzas a nuestra vida, de acuerdo con nuestras necesidades momentáneas, para darnos la perspectiva correcta y la dirección que necesitamos ante cualquier situación que enfrentamos.
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