Encontraste un lugar tranquilo y te has relajado físicamente. Le has encomendado tus problemas y preocupaciones a Jesús, estás en buenas manos. Te has desenchufado de los asuntos, estás distendido y cómodo, listo para oración. Fija tu atención en Jesús. Piensa en uno de Sus atributos o en alguna bendición o favor que te haya concedido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario