"la oración es la mejor arma que tenemos, una llave que abre el Corazón de Dios".
San Pío de Pietrelcina se presenta así ante todos -sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos- como un testigo creíble de Cristo y de su Evangelio. Su ejemplo y su intercesión impulsan a cada uno a un amor cada vez mayor a Dios y a la solidaridad concreta con el prójimo, especialmente con el más necesitado.
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