Tú eres mi esperanza, porque tu promesa no falla nunca. Tú solo puedes ser amor. Eres el único que me centra, que me equilibra. Yo no sé amarme como Tú me amas.
Todos los
días tenemos la posibilidad de encontrarnos con la Palabra de Dios es nuestro verdadero alimento de vida
espiritual.
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