Oh San Jerónimo, que en tu vida mortal acogiste la mirada misericordiosa del Señor, y con el apoyo maternal de María Santísima fuiste renovado en la vida de la gracia, danos tu protección y alcánzanos de Dios una sincera conversión al Evangelio de la Salvación. Gloria al Padre...
Oh San
Jerónimo, tú que has sido para huérfanos y necesitados una verdadera llama del
amor divino, aliviándolos en sus miserias y penalidades, haz que, por tu
ejemplo, aprendamos a acoger también nosotros a nuestro prójimo con la misma
caridad con la que Cristo non ha amado. Gloria al Padre...
Oh san
Jerónimo, que a lo largo de tu vida has revelado a los hombres la misericordia
y la ternura de Dios, acogiendo a niños y jóvenes y enseñándoles el
camino del cielo, acoge y guía también a nuestra juventud y protégela de todo
mal. Gloria al Padre...
Oh San
Jerónimo, que en tu vida mortal, como buen Samaritano, has asistido con amor de
padre a toda persona enferma de alma o cuerpo, socorre con tus oraciones
y con tu paternal intercesión a todos nuestros hermanos enfermos, dándoles la
fuerza y el valor necesario para aceptar y vivir en la fe este momento de
dolor, y para que puedan verse pronto libres de la enfermedad; y, recuperada la
paz y la salud, puedan alabarte en tu templo Gloria al Padre...
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