viernes, 2 de agosto de 2019

¿Dónde podemos ir para experimentar la paz en un mundo que parece tener tan poco de ella?




Mantener nuestra paz en el Señor cada día es difícil por una serie de razones, pero luchamos más cuando la situación involucra a otras personas. Nos hieren, a sabiendas e inconscientemente. Ofenden nuestro orgullo. Podemos sentir que nos han pasado por alto, malinterpretado o tergiversado; que no recibimos algo que en verdad merecíamos o necesitábamos.
Nuestros hogares, lugares de trabajo e incluso nuestras iglesias, se caracterizan a menudo por la falta de paz, pero no tiene por qué ser así. A pesar de las circunstancias en nuestra vida, podemos permanecer tranquilos y jubilosos. Solo hay una solución para esta ansiedad: el perdón.