jueves, 20 de febrero de 2014

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios

Lo que una persona debe hacer para ser salva es:
CREER que Jesús era el Señor que pagó por todos sus pecados
RECIBIR a Cristo como Salvador personal. Dios otorga la vida eterna solamente a los que la aceptan únicamente por la fe.
Juan 3:16 nos dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Nótese que no es a los que tratan de obrar y ganarse la vida eterna, sino a los que creen.
Juan 6:47 dice: “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí TIENE vida eterna.” Cristo Jesús, quien nunca dijo una mentira, hizo énfasis sobre esta declaración diciendo: Verdaderamente, ciertamente, el que cree en Mí posee ahora la vida eterna.
Juan 1:12 declara: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” La salvación siempre es RECIBIR. Nosotros no hacemos nada. Nosotros aceptamos lo que Cristo yo ha hecho por nosotros. Nosotros le RECIBIMOS a EL como nuestro Salvador.
Juan 6:28, 29: “Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.” Dios y hizo la obra, y EL solamente nos pide que creamos en Cristo.
Filipenses 3:9: “Y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe.” 
Al principio de este capítulo citamos Efesios. 2:8, 9. Ahora lo examinaremos parte por parte:
“Porque por gracia”: por la misericordia de Dios que nosotros no merecemos:
“pues es don de Dios”: la salvación es un regalo. No podemos comprar nuestra aceptación (1  Pedro 1:18, 19). Debemos aceptar la salvación como un regalo que Dios nos otorga, de lo contrario no podremos obtenerla;
“no por obras”: : esto no significa que Cristo Jesús ya hizo bastante y nosotros debemos ayudarle. “No por obras” significa lo que dice: ¡no por obras!
“para que nadie se gloríe”: Dios no quiere que en el cielo haya jactanciosos y, por tanto, no los habrá (1 Corintios 1:29). Toda la alabanza será para el Señor Jesucristo.
Gálatas nos dice: “Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.” Cada uno es pecador, mas Dios promete salvar a los que creen en Jesucristo y confían en EL.
“Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.” Antes de confiar en Cristo pensábamos que la salvación era mediante el cumplimiento de la ley, pero.
“De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.” La ley nos demostró cuánto nos faltaba para alcanzar la marca de perfección, por tanto, vimos nuestra necesidad de tener a Cristo como Salvador.
“Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo.” Cuando confiamos en Cristo por la fe, la ley había cumplido su propósito. La ley queda suprimida en lo que respecta a los Creyentes (ver 11 Corintios 3: 6-11).
“Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.” Uno se convierte en un hijo de Dios por medio de la fe en Cristo, y EL se hace cargo de nosotros.
Romanos 5:1 declara: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.” Puesto que hemos confiado en Cristo, Dios nos ve justificados—”tal como si nunca hubiésemos pecado.” Dios ve la justicia de Cristo en vez de mirar nuestros pecados. Por consiguiente, tenemos paz con Dios. Cristo reconcilió a Dios con el creyente (ver Romanos 5:8-11).

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