Oh Dios de toda la
creación, tú diste una simple orden y se produjo luz en las tinieblas. Ahora te
pido que envíes a cada aspecto de mi ser tu poder que obra milagros. De la misma
forma que hablaste al polvo de la tierra cuando creaste el hombre a tu propia
imagen, pido que envíes tu poder sanador a mi cuerpo. Envía tu palabra y ordena
a cada célula, impulso eléctrico y químico, tejido, articulación, ligamento,
órgano, glándula, músculo, hueso y cada molécula de mi cuerpo que gocen de una
perfecta y completa salud, fortaleza, alineación, equilibrio y armonía.
Es a través de ti que vivo, me muevo y tengo mi ser. Con cada aliento que tomo, vivo bajo tu gracia vivificante. Te pido que me toques con el mismo poder milagroso que utilizaste cuando me formaste dentro del vientre de mi madre. Tan cierto como que me creaste a tu imagen y semejanza, tú puedes también ahora reconstruir y restaurar mi salud.
Lléname por favor con tu poder sanador. Expulsa todo lo que no debería estar dentro de mí. Te pido que repares lo que esté lastimado, desarraigues toda enfermedad y dolencia, abras todas las arterias y venas bloqueadas, restaures mis órganos internos, reconstruyas mis tejidos dañados, quites toda inflamación y me limpies de todas las infecciones, virus y bacterias destructivas.
Deja que el calor de tu amor sanador inunde todo mi ser, de modo que mi cuerpo funcione como lo creaste: entero y completo, restaurado en su perfecta salud. Te pido todo esto por medio de mi Señor Jesucristo, tu hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Es a través de ti que vivo, me muevo y tengo mi ser. Con cada aliento que tomo, vivo bajo tu gracia vivificante. Te pido que me toques con el mismo poder milagroso que utilizaste cuando me formaste dentro del vientre de mi madre. Tan cierto como que me creaste a tu imagen y semejanza, tú puedes también ahora reconstruir y restaurar mi salud.
Lléname por favor con tu poder sanador. Expulsa todo lo que no debería estar dentro de mí. Te pido que repares lo que esté lastimado, desarraigues toda enfermedad y dolencia, abras todas las arterias y venas bloqueadas, restaures mis órganos internos, reconstruyas mis tejidos dañados, quites toda inflamación y me limpies de todas las infecciones, virus y bacterias destructivas.
Deja que el calor de tu amor sanador inunde todo mi ser, de modo que mi cuerpo funcione como lo creaste: entero y completo, restaurado en su perfecta salud. Te pido todo esto por medio de mi Señor Jesucristo, tu hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
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