ANGEL DE LA GUARDA
Bien amado de Dios que
desde el día en que fui dichosamente confiado a tu cuidado no ceses de
protegerme de iluminarme de guiarme, yo te venero como mi protector y te amo
como a mi celoso guardián, me entrego a tus tiernos cuidados y me confío a tu
dirección, te pido fervientemente por el amor de Jesús, que no me abandones,
aunque me porte ingrato y me revele a tus inspiraciones si me extravío llévame
otra vez por el buen camino, si caigo ayúdame a levantarme consuélame en mis
aflicciones y protégeme de los peligros hasta que merezca la eterna felicidad.
Amén.
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