El servidor primero aprende a amar. Si ama a su Señor
amará también servirle.
El servicio desinteresado fluye del corazón que ama.
Servimos porque SOMOS servidores.
Tenemos el corazón bien dispuesto por la escucha
obediente al Señor. Ocurre cuando el corazón se asemeja al de Jesús en el amor.
Esta es la obra del Espíritu Santo. Es por eso que María Santísima es el
mejor ejemplo de servidora. Nadie ama a Jesús como ella. Ella es la mujer del
FIAT, "hágase Tu voluntad"
El más grande es el que más sirve (y el que más escucha)
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