Sé honrado contigo
mismo(a), con los demás y con Dios en todo momento. Ser honrado(a) significa
decidir no mentir, robar, estafar ni engañar de ninguna forma. Cuando eres
honrado(a), edificas la fortaleza de carácter que te permitirá prestar un gran
servicio a Dios y a los demás. Serás bendecido(a) con paz mental y autorespeto.
El Señor confiará en ti y serás digno(a) de entrar en Sus santos templos.
La falta de honradez te
perjudica a ti y también a los demás. Si mientes, robas, hurtas o haces trampas
perjudicas tu espíritu y tu relación con los demás. El ser honrado(a) mejorará
tus oportunidades futuras y tu capacidad para que te guíe el Espíritu Santo. Sé
honrado(a) en la escuela; decide no hacer ninguna clase de trampas; sé
honrado(a) en tu trabajo, dando la medida completa de trabajo por el pago que
recibes. No trates de justificar que el ser deshonesto(a) es aceptable, aun
cuando los demás piensen que no tenga importancia.
La integridad está
estrechamente relacionada con la honradez. Integridad significa pensar y hacer lo correcto en todo
momento, sin importar las consecuencias. Cuando tienes
integridad, tienes la disposición a vivir de acuerdo con tus normas y
creencias, aun cuando nadie esté mirando. Elige vivir de tal forma que tus
pensamientos y tu comportamiento estén siempre en armonía con el Evangelio.
¿Soy honrado(a) en todas
mis conversaciones y en todo mi proceder?
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