Desde
este lugar donde no importa quién eres del otro lado de los muros, donde tu
compañero de celda se convierte en parte de tu familia, donde compartes
la mesa con extraños que se harán parte de tus días y donde todos somos iguales
hasta en nuestra vestimenta, así como somos iguales ante los ojos de Dios. Esta
experiencia nos va transformando.
Al inicio de este viaje llamado cárcel nos sentimos expuestos, vulnerables,
solos, física y emocionalmente, parte de nosotros se ha ido pero será en
nuestro interior donde encontremos la fortaleza de como tomar o cómo vivir esta
experiencia.
En este mundo gris donde todos los días
parecen ser iguales y donde uno no es dueño de su presente por lo tanto
nuestros planes sobre nuestro futuro se convierten en inciertos. Sin embargo,
sí eres dueño de ti, de tus ganas de sobrellevar la soledad y aventurarte a
cambiar el rumbo de tu vida.
Levántate, que tu compañeros sea un libro
que te haga viajar a través de sus páginas. Dentro de este centro las
actividades religiosas constituyen un elemento primordial en nuestro
tratamiento hacia la reinserción y se convierten en el espacio personal y
familiar de reflexión y conciencia de la magnitud de nuestros actos. Hoy nos
alegramos porque las condiciones actuales de nuestro centro han permitido que
tengamos acceso a nuestras actividades religiosas en un ambiente donde no se
nos discriminan por ejercerlas y se nos alienta por atenderlas.
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