Y no solamente esto, sino que aun las cargas propias de nuestra vida dejan de ser un lastre, trayendo a nuestra vida la paz y la alegría. Si te sientes hoy agobiado, si la carga que vas llevando (familia, trabajo, enfermedad) sientes que es muy pesada, ¿por qué no haces la prueba de ir un ratito ante el Santísimo y le pides a Jesús que cumpla en ti esta promesa?
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