viernes, 7 de abril de 2017

La generosidad es compartir. Es dar libremente, sin pensar en regalos, recompensas ni atenciones a cambio.


La generosidad es una cualidad del alma. Es ser consciente de que hay abundancia para todos. Es buscar la oportunidad de compartir con los demás lo que tienes para darlo todo simplemente por el agrado de dar. Es una de las mejores maneras de demostrar amor.
Sin generosidad el mundo sería un triste lugar. Las personas que necesitan ayuda se sentirían como mendigos sin honra ni dignidad. En un mundo sin generosidad todos los regalos se harían con condiciones: el donante siempre podría manipular las situaciones en provecho propio.
Dar sin esperar nada a cambio es una muestra preciosa de espiritualidad.
La generosidad comienza cuando nos damos cuenta de que hay una persona o un grupo que merece nuestra ayuda. Podría ser nuestra propia familia. Luego, piensa en alguna manera de ayudar, o en algo que puedas dar.

Para compartir, busca cosas que aprecies; no sólo posesiones o dinero, también tu tiempo y conocimientos. Busca la manera de dar lo que puedas, una manera de dar que haga que esa persona o grupo se sienta merecedor de lo que tú les das.

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