¡Oh castísimo esposo de
la Virgen María, mi amantísimo protector San José! Todo el que implora vuestra
protección experimenta vuestro consuelo. Sed, pues, Vos mi amparo y mi guía.
Pedid al Señor por mí; libradme del pecado, socorredme en las tentaciones y
apartadme del mal y del pecado. Consoladme en las enfermedades y aflicciones.
Sean mis pensamientos, palabras y obras fiel trasunto de cuanto os pueda ser
acepto y agradable para merecer dignamente vuestro amparo en la vida y en la
hora de la muerte. Amén.
Jaculatoria.-¡Oh glorioso San José! Haced que sea constante en el
bien; corregid mis faltas y alcanzadme el perdón de mis pecados.
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