jueves, 6 de julio de 2017

“Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8,32). “El que hace pecado, esclavo del pecado es” (Jn 8,34). “Si el Hijo os libertare seréis verdaderamente libres” (Jn 8,36).


Es cosa de ver cómo la gente hoy es esclava del dinero, del placer, del poder, de qué dirán, de sus temores, etc. El único verdaderamente libre es el que conoce a Jesús. Y muchas veces, aún conociendo a Jesús, perdemos empuje, fuerza, testimonio. ¿Por qué? Porque nos volvemos a encadenar al pecado. Necesitamos estar siempre unidos a Jesús. “Cristo nos dio la liberad para que seamos libres. Por lo tanto, manténganse firmes en esa libertad y no se sometan otra vez al yugo de la esclavitud” (Gál 5,1). 

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