jueves, 21 de diciembre de 2017

El Señor viene poco a poco, muy misteriosamente. No viene todavía como juezViene en la suavidad y la paciencia, sin nada de espectacular, en un respeto total a cada uno de nosotros.


Sin ninguna violencia, sin astucia, sin privar a nadie de su libertad, logra de una forma maravillosa venir poco a poco al corazón de los hombres. Es una formidable partida que se juega, en la que Dios se muestra en su mansedumbre, su perseverancia, su conocimiento del corazón humano. Lo que un hombre deshace por la violencia, otros, llamados por El, lo construyen mejor en la paz. Lo que un hombre destruye por sus excesos, otros, llamados por El, lo rehacen con la fuerza del amor.
Cada adviento debería ser una incesante búsqueda de Jesús. ¿Qué quiso y qué vino a traer Jesús? ¿Qué estamos haciendo cuando profesamos la fe cristiana e intentamos vivir el mensaje de Jesús imitando y siguiendo su vida? ¿Cómo debemos vivificar, reactualizar nuestra fe y nuestra esperanza en este Adviento? Si Jesús es en su propia persona la respuesta de Dios a la condición humana, desde El tendremos que ofrecer a nuestros hermanos, verdaderas respuestas de salvación y de esperanza. Jesús sigue siendo la realización de la esperanza.

6 comentarios:

  1. CELEBRANDO CON ALEGRIA EL CUMPLEAÑOS MAS IMPORTANTE DE LA HISTORIA DE La humanidad

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  2. El que está atento a la palabra encontrará la dicha, y ¡feliz el que confía en el Señor!

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  4. Es hermosa la imagen que escogió para acompañar su reflexión. Nunca la había visto. Gracias por compartirla.

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  5. Muy interesante comentario, deberían ser así las homilías de los domingos, no esas llenas de política y deseos de los curas. JESÚS ES AMOR y viene en su esencia de pureza de niño para transformar los corazones..

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