miércoles, 13 de diciembre de 2017

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia,


-Pedimos, Jesús, tu mirada 
Para quedar perdonados. Tu mirada es compasiva y 
purificadora. Penetra hasta dentro, sanándolo todo con la medicina 
de tu amor. ¡Qué bien nos conoces y nos comprendes! Tu mirada 
se posa misericordiosamente sobre nosotros y los pecados ya ni se 
recuerdan, o se recuerdan para confesar tu nombre. Es una mirada 
que nos dice: Yo te amo, a pesar de todo, yo te amo. Es una mirada 
que lo viste todo de ternura.
Para quedar rehabilitados. Porque el amor dignifica. Cuando 
uno se siente amado, ya se ve como persona, y su vida se ilumina. 
¿Quien sea objeto del amor de Dios, no se sentirá valioso e 
importante? Ya se puede tener confianza en sí mismo y en todo. 
Para quedar transformados y ser hombres nuevos, tu mirada tiene 
una capacidad creadora y despierta en nosotros los mejores 
estímulos. Con tu mirada sentimos deseos de ser limpios, de 
seguirte, de abrirnos a los demás. Tu mirada enciende y trasciende 
nuestra vida.

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