Para quedar perdonados. Tu mirada es compasiva y
purificadora. Penetra hasta dentro, sanándolo todo con la medicina
de tu amor. ¡Qué bien nos conoces y nos comprendes! Tu mirada
se posa misericordiosamente sobre nosotros y los pecados ya ni se
recuerdan, o se recuerdan para confesar tu nombre. Es una mirada
que nos dice: Yo te amo, a pesar de todo, yo te amo. Es una mirada
que lo viste todo de ternura.
Para quedar rehabilitados. Porque el amor dignifica. Cuando
uno se siente amado, ya se ve como persona, y su vida se ilumina.
¿Quien sea objeto del amor de Dios, no se sentirá valioso e
importante? Ya se puede tener confianza en sí mismo y en todo.
Para quedar transformados y ser hombres nuevos, tu mirada tiene
una capacidad creadora y despierta en nosotros los mejores
estímulos. Con tu mirada sentimos deseos de ser limpios, de
seguirte, de abrirnos a los demás. Tu mirada enciende y trasciende
nuestra vida.
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