"Metieron a los
apóstoles en la cárcel. Pero ". También San
Pedro estaba en la cárcel y se le presentó el Ángel del Señor. La celda se
llenó de luz y el Ángel despertó a Pedro, a quien dijo: "Cíñete y
cálzate las sandalias". Así lo hizo. Añadió: "Ponte el manto y
sígueme". Y salió siguiéndole... Salieron (de la cárcel), y anduvieron
hasta el fin de una calle. Y de pronto, el Ángel lo dejó.
El ángel lo libró de las
cadenas y también nos puede librar a nosotros de la cadena de la droga, del
alcohol, de la pornografía o de cualquier otro vicio. Pidamos ayuda a Dios y a
nuestro ángel, sin olvidar a María, que es nuestra Madre.
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