El ángel protector.
Dios nos dice en el Salmo
91: "Aunque a tu lado caigan mil y a tu derecha diez mil, a ti no te
alcanzará. No ha de alcanzarte el mal ni la plaga llegará hasta tu tienda. Porque ha dado órdenes a sus ángeles para
que te guarde en todos tus caminos. Te llevarán en sus palmas para que tu
pie no tropiece en la piedra. Pisotearás leones y dragones. A ti no te
alcanzará". En medio de las dificultades más extremas, aún en plena
guerra, cuando las balas silben a nuestro alrededor o la peste se extienda por
la vecindad, Dios puede salvarnos por medio de sus ángeles. "En lo
más duro de la pelea, se les aparecieron en el cielo a los adversarios cinco
varones resplandecientes, montados en caballos con frenos de oro, que
poniéndose a la cabeza de los judíos y tomando en medio de ellos al Macabeo, lo
protegían con sus armas, le guardaban incólume y lanzaban flechas y rayos
contra el enemigo, que herido de ceguera y espanto caía".
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