domingo, 28 de septiembre de 2014

Los Ángeles son proveedores

El ángel proveedor.


En una oportunidad, el profeta Elías estaba en pleno desierto, después de haber huido a Jezabel y estaba hambriento y sediento, y quería morirse. Deseó la muerte, se acostó y se durmió bajo una retama, pero un ángel lo tocó y dijo: "levántate y come". Miró y vio a su cabecera una torta cocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. Comió y bebió y se volvió a acostar. Volvió por segunda vez el Ángel de Dios, le tocó y le dijo: "levántate y come, porque el camino es demasiado largo para ti". Se levantó, comió, bebió y con la fuerza de aquella bebida, caminó 40 días y 40 noches hasta el monte de Dios, el Horeb.
Así como el ángel le dio de comer y beber a Elías, también Dios nos puede dar de comer y beber por medio de nuestro ángel, cuando estamos en momentos angustiosos. Puede hacerlo con un milagro o por medio de otras personas que compartan su pan y su comida con nosotros. Por eso, Jesús nos dice en el Evangelio: Dadles vosotros de comer. Nosotros también somos como ángeles proveedores para otros que están en necesidad

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